Memento mori, "Recuerda que vas a morir".

Esta cita en latín era usada en los desfiles de los generales romanos cuando volvían de alguna gran conquista, recibidos como los grandes héroes que eran o creían ser, el general de turno desfilaba por las calles de Roma en la cuadriga tirada por briosos corceles situándose un siervo detrás de él que cada poco tiempo le decía Memento mori "Recuerda que vas a morir", esto se utilizaba mucho para recordar al general correspondiente sobre la fugacidad de la vida y que no se le subiese el pavo a la cabeza, pero visto lo que ocurrió con algunos no creo que sirviese para mucho, algunos de ellos se creyeron grandes deidades o quisieron acabar como grandes tiranos pasándose por el arco del triunfo dicha cita.

Esta cita compartida en otra entrada me viene bien, más que nada para suavizar el título de la entrada, por una serie de hechos que veo que ocurren y que a mi me han ocurrido. Vivimos en una época donde creemos que vamos a tener una vida longeva, creemos o nos hacen creer que vamos a llegar a viejecitos y tan felices. No nos damos cuenta que venimos sin un plan preconcebido, no sabemos cual va a ser nuestro destino, tema mencionado en otra entrada, en lo que a mi "mundo" concierne veo que la gente hace planes para dentro de muchos años sin saber que es lo que nos puede pasar, firmar hipotecas a treinta o cuarenta años me parece un acto de soberbia demasiado enorme aunque en otros lugares que me estén leyendo no se lo crean, firmar cierta clase de contratos de más de tres años de duración sea cual sea el trabajo me parece demasiado, en ciertas culturas asiáticas nos comentan a los occidentales que no hagamos planes más allá de esta noche, creo que es algo de deberíamos aprender en este mundo occidental. Vivimos con demasiadas prisas, tratamos las cosas con mucho desdén y prepotencia, pensamos que vamos a vivir por siempre cuando no es así.

Es llamativo que no todas las muertes que se producen las tratemos de igual manera, últimamente nos está sobrecogiendo a casi todos el hecho que ciertos deportistas de élite mueran como si la muerte no fuera con ellos. Los grandes traumas que se montan cuando estos deportistas fallecen es enorme sobre todo si lo hacen en acto de servicio, es decir, si mueren cuando están realizando su deporte, ejemplos en España tenemos unos cuantos de futbolistas que mueren en el campo, creo que se deberían mirar las causas de esas muertes pienso que el deporte de élite no es sano. Nos sobrecoge el hecho de que unos chavales que no sobrepasan los veinticinco años mueran en un accidente de tráfico, se suelen montar grandes duelos por estos hechos. Lo curioso de todos estos hechos es que si estos mismos jóvenes mueren por alguna enfermedad a nadie le llama la atención, tan solo la esquela en el periódico de turno y punto. Lo que me lleva a pensar que no tenemos una cultura de la muerte o que simplemente no nos preparan para ella o que tenemos ciertas mitomanías sobre cierta clase de personas que idealizamos sin darnos cuenta que también pueden ser visitados por la señora de la guadaña, por cierto, ¿por qué la señora y no el señor?.

No asimilamos demasiado bien que mueran niños por cuestiones que no se pueden resolver, enfermedades graves o accidentes, leyendo biografías de personas famosas más atrás del siglo XX te das cuenta que eran familias de numerosos hermanos, de seis para arriba, de los que han sobrevivido como mucho dos falleciendo los demás hermanos antes de los diez años. Este concepto que tenemos del "Demasiado joven para morir" o "Un padre no debería sobrevivir a los hijos" es un concepto reciente, tengo que añadir que es muy peliculero, el ser humano es una animal de memoria corta y se olvida de como vivían y a que se enfrentaban las personas que habitaban este planeta hace más de cien años, enfermedades, guerras, hambrunas, persecuciones político-religiosas. Hoy damos una importancia a la vida y a la duración de ella demasiado grande por lo menos en el lugar donde me toca vivir.

La parca*, nombre poético donde los halla que también se da a la muerte porque de eso trata esta entrada, nos puede llegar en cualquier momento de la vida a cualquier persona. Puede ser una lenta agonía o puede aparecer súbitamente y esa persona se va sin decirte adiós, como yo lo he vivido, el trance en los dos hechos es igual de doloroso lo he experimentado personalmente. Es evidente que también dependiendo de la persona que fallezca el impacto puede ser mayor o menor, familia, amigos, conocidos, respecto al duelo o el ritual del funeral y enterramiento o incineración eso depende de la manera que tengamos cada uno de entender esta situación, al fin y al cabo el funeral es un ritual religioso, es un tema muy personal y cada uno lo enfoca dependiendo de sus creencias personales aunque no creo que sea un tema criticable lo que cada uno haga con ello.

Respecto a mí la tengo el respeto que se la debe tener como ser viviente y consciente de mi existencia pero no me detiene en mi quehacer diario, es algo que sin duda llegará y la tengo como la verdad más absoluta que existe, evidentemente no se puede tener este asunto en la cabeza todos los días. Curiosamente cuando por alguna razón este tema sale como conversación entre amigos nadie se lo ha planteado previamente lo que me da que pensar, planificamos poco nuestras vidas o nos creemos lo que no somos. No nos damos cuenta que es precisamente la muerte lo que da sentido a nuestra existencia y sobre la que gira gran parte de nuestra vida, algún día llegará y tú ¿estás preparado para morir?, recuérdalo Memento Mori.

*La parca: según la RAE, cada una de las tres deidades hermanas, Cloto, Láquesis y Átropos, con figura de viejas, de las cuales la primera hilaba, la segunda devanaba y la tercera cortaba el hilo de la vida del hombre.

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