Rebajas, saldos, oportunidades.

Relato:
Es un día nublado y frío, no tiene pinta de ponerse a llover. Me encuentro en plena Gran Vía de Bilbao mirando hacia unos grandes almacenes muy conocidos por todos, enfrente de las puertas de la entrada de dicho local se encuentra un tumulto de gente esperando a su apertura, por lo visto los pequeños comercios no cuentan. Es el primer día de las rebajas y caras risueñas llenas de felicidad se ven en esas personas ya que van a poder comprar los artículos de ocasión que tanto esperaban a precio más barato, o por lo menos éso es lo que creen. Hay personas que incluso han pasado la noche haciendo guardia delante de las puertas del establecimiento para ser los primeros en entrar y no perder la oportunidad de comprar lo que tanto añoran. A medida que se acerca la hora de apertura del establecimiento la expectación va en aumento, miran los relojes, se miran entre ellos, las personas más pequeñas dan botes para poder ver si las puertas se abren. Llegada la hora todo el mundo se inquieta, siguen mirando a las puertas metálicas con ansiedad, un par de guardias de seguridad piden calma, pobres hombres no saben lo que les espera. La zozobra aumenta y con ella los nervios también, poco a poco y pasito a pasito se van acercando a las puertas, van cogiendo posiciones. Puntualmente y a la hora finalmente se oye un chirrido metálico, la puerta metálica de una hoja se empieza a elevar pausadamente dejando ver unas puertas de acceso que todavía permanecen cerradas. Aplausos, gritos de júbilo y de ánimo se escuchan por doquier, empiezan los empujones y pisotones y algún que otro roce. Detrás de las puertas se encuentran dependientes que con cara de terror esperan el momento de abrir el local, cuando la puerta metálica llega hasta arriba del todo haciendo tope estos verdaderos "héroes" abren las puertas. Automáticamente se desata la locura, los guardas de seguridad se hacen a un lado pegándose a las paredes laterales que dan acceso al local para evitar ser arrastrados por la marabunta, los dependientes se atrincheran en los mostradores para que nadie les arrolle. Una riada de gente corriendo accede al local con cara de poseso para ser el primero en alcanzar la oferta del producto que tanto busca rebajada a un tanto por ciento. La gente se atropella, empujones, caídas al suelo, pisotones, insultos, codazos, toda una autentica masa ingente de seres humanos se precipita por las puertas para alcanzar su sueño ... 
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Cartel callejero.
Este breve relato no ha salido de ninguna película de ficción, es tan real como la vida misma, se produce cuando vienen las rebajas o incluso cuando sale algún producto nuevo al mercado principalmente de electrónica, típico de los USA o Japón. Las rebajas es un fenómeno reciente de nuestra economía, productos que no se han vendido durante la temporada se mezclan con otros de otras temporadas que se venden a un precio más rebajado o éso nos hacen creer que trampas y tramposos hay en todas partes.

Al principio el asunto de las rebajas se enfocaba más hacía el mundo femenino, moda y complementos. La típica imagen de dos mujeres tirando cada una de los extremos de la misma prenda de vestir en unos grandes almacenes era una imagen típica, ahora esa imagen pertenece a otras épocas ya pasadas y olvidadas donde el tema de las rebajas se relacionaba más con las mujeres que con los hombres. Hoy en día las cosas han cambiado, la igualdad afecta a los dos sexos no solo a uno porque cuando te igualas también la otra persona se iguala. En el relato hablo de personas en general sin distinción de sexo y edad ya que este fenómeno nos arrastra a todos por igual. Además no solo es un asunto de rebajas, cuando se publicita alguna clase de aparato electrónico nuevo, "único e indispensable", las puertas se llenan principalmente de jóvenes varones queriendo ser los primeros en comprar dicho complemento, es un fenómeno que se extiende por todo el planeta no solo pertenece al país de los yanquis y de los samurais.

Siguiendo con las rebajas, este fenómeno se ha convertido incluso en una especie de excusa para salir de tiendas, el dicho que tenemos por aquí de 'me voy de rebajas' ya pertenece al acervo de nuestra cultura. Las personas incluso salen al 'por si acaso encuentro algo que me interese' lo que ya nos lleva a una especie de consumismo compulsivo y desaforado ya que si no vas con una idea preconcebida de cuál va a ser tu compra puedes llegar a casa con artículos que en el fondo no necesites para nada. Yo también aprovecho estas épocas pero solo cuando necesito algo, ropa principalmente, y suelo ir a tiendas de pequeños comerciantes donde me pueden asesorar en condiciones sin las prisas de la gente que está en las grandes superficies, sé que los chollos no abundan y que las oportunidades son pocas.

Lo que me ha llevado a escribir esta entrada es que hace poco se ha celebrado unas rebajas que precisamente llegan de yanquilandia, el Black Friday que traducido libremente al castellano lo podemos llamar como el Viernes Negro. Me he informado sobre el tema y os lo cuento. Resulta que a las mentes pensantes de USA se les ocurrió hacer un día de rebajas después de su día de acción de gracias que es el tercer jueves del mes de Noviembre, es decir, no tiene día fijo como puede ser el 25 de Diciembre, fun, fun, fun. Al principio era solo para artículos de electrónica, después se les ocurrió extenderlo a toda gama de artículos haciendo un día donde durante 24 horas se puede comprar más barato. Este tema ya lo conocía desde hace tiempo lo que pasa es que desde hace un par de años lo hemos importado aquí, sobre todo los grandes almacenes, haciendo de un invento anglosajón algo como si fuese nuestro, jalogüín es un ejemplo. Así nos va también, por cierto.

Pero lo que desconocéis es de dónde viene el termino inglés Black Friday y qué es lo qué se celebraba, me lo han contado y la historia que está detrás de esto no puede ser más macabra. Resulta que en la época de las colonias británicas y en lo que después sería los USA los terratenientes señoritos de turno celebraban el día del Black Friday que consistía en que después del día de acción de gracias subastaban a precios más bajos, de rebajas, mano de obra negra esclava. No se puede celebrar algo más macabro que unas rebajas con este asunto pero claro la ignorancia es la antesala de la felicidad. No estoy criticando las rebajas, sé que es algo que beneficia a todo el mundo, clientes y mayoristas, pero creo que ciertas clases de celebraciones sobran o que pongan ese día de rebajas en otras fechas y con otras intenciones.

Ah, la imagen, bueno, creo que no todo se puede vender, ni se puede comprar, ni siquiera se puede vender el alma al diablo aunque nos lo muestren en distintas películas. Por suerte para este mundo en el que vivimos hay cosas que el dinero no puede pagar como la amistad, el amor, la salud aunque cada vez nos queden menos cosas.

Por cierto, ¿os gustan éstas épocas de rebajas, saldos? ¿Las aprovecháis? Ya sabes que espero tu opinión, hasta la siguiente, saludos a todos.

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