El funeral

Iglesia de San Francisco de Asís en Bilbao también conocida como la Quinta Parroquia.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ... amén.

Hemos tenido unas semanas de congoja y angustia en la familia, un familiar muy cercano no ha podido superar una operación delicada y ha acabado falleciendo. Durante su hospitalización todos los sábados realizaba la pertinente visita, era el mejor día por mi parte para poder verle. Hubo unos días que conseguí charlar con él de alguna cosa, pero el estado de salud iba empeorando. El último sábado ya me percaté de su delicado estado, de ésta no salía. Cuando fui a despedirme de él me ofreció la mano a modo de despedida, le di un fuerte apretón y un beso en la frente, y triste abandoné el hospital. Días después fallecía. Él era consciente de su estado y con una gran entereza lo asumió, no hubo quejas, ni lloros, ni lamentos, ni súplicas por su parte. Le velaron sus seres más queridos hasta el momento de su muerte. Se despidió de quién pudo y de quién fue a visitarlo ... no hay más que añadir.

Todos en pie ... oremos.

Después vino el luto y la tristeza por parte de todos, sobre todo por parte de los más allegados a él, mujer e hijos. Aquí cuando alguien fallece se le lleva en un ataúd al tanatorio para que los que así lo deseen vayan a verle o quieran velar el cadáver, yo no voy a estos lugares más que nada porque no quiero recordar a la gente muerta en una caja. Prefiero quedarme con esa despedida que he mencionado anteriormente. Después se celebró el funeral sin el cuerpo presente, temas de sanidad. Sé que en otras familias ya no celebran funerales porque cada vez está más en desuso éso de ir a la iglesia, pero así lo quiso la familia. Así que allá fuimos mis padres y yo, personalmente no me resulta extraño entrar en una iglesia, he recibido cierta educación religiosa así que no hay problema. Lo que más me llamó la atención durante el funeral fue la falta de comportamiento de ciertas personas dentro del templo, sobre todo de la gente joven. Personas hablando entre sí mientras se celebraba el sepelio, se oía alguna llamada a algún móvil conectado, otros aprovechaban algún silencio del sacerdote para teclear algo en el móvil, en fin. Se han perdido las formas en las iglesias, no sé si la gente se percata que hay que tener un respeto y una compostura en la casa del Señor, que siempre está abierta para todos.

En el cuerpo de Cristo ...

Cuando llegó el momento de comer el cuerpo de Cristo, comulgar, solamente fueron personas mayores, no hubo ningún joven en la cola, quién tenga oídos que oiga. Al acabar el funeral y salir del templo viene como siempre en mi familia los saludos por parte de todo el mundo y a todo el mundo. Apretones de manos a ellos, besos a ellas. Ese día no paré de besuquear mujeres, hacía tiempo que no besaba tanto a tantas. Creo recordar haber besado a alguna más de dos veces, en fin que las féminas de mi familia se ponen cariñosas. Por cierto, son todas primas y tías no carnales, segundas, terceras y demás. Todos charlamos de cómo nos van las cosas y de lo qué hemos cambiado, la verdad que somos una familia donde todos vamos por nuestro lado y probablemente no vaya a tener contacto hasta dentro de cierto tiempo, probablemente otro funeral. Así funcionamos en esta familia.

Padre nuestro que están en el cielo ...

Luego poco a poco nos vamos dispersando, cada uno a su casa y Dios en la de todos. Más besuqueo. Cómo ya he comentado fui con mis padres, y era un día lluvioso. A mi padre le llevé en silla de ruedas ya que está impedido, mi madre de momento se defiende andando y que duren los dos. Al día siguiente enterraron al familiar aunque yo no asistí a esa inhumación, fue mi madre. La verdad es que yo para velar personas muertas y enterrarlas no sirvo demasiado, tengo mis límites muy claros desde hace mucho tiempo aunque entendiendo que todo es un ritual, más para los que se quedan que para los que se van. La persona muerta no se va a enterar de lo que ocurre, lo que se hace comprendo que es más por cuestiones de cultura religiosa que por otros motivos.

Demos gracias al Señor.

Cuándo una persona se va de este mundo siempre me planteo la vida más allá de la muerte. La muerte es una copa muy amarga que todos nos tenemos que beber además de ser la única gran verdad que conozco qué sé que va a ocurrir. Todos tenemos que morir algún día, todo lo que hagamos en este mundo se quedará en este mundo las riquezas, las miserias, las penas, las alegrías. La muerte es lo único en lo que todos somos iguales joven o viejo, bello o feo, alto o bajo, da igual. Algún día recibiremos la visita de esa señora que a veces llega sin avisar, digo señora más que nada porque la muerte en castellano es femenino, y a otra cosa. Así que disfrutemos de cada momento del que disponemos, y ya estamos tardando.

Como se suele decir el muerto al hoyo y el vivo al bollo, así que aquí os espero para otra entrada. Saludos a todos.

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