Transición ecológica

Cuando escuché este término por primera vez hace años me hice ciertas cábalas en la cabeza de lo que podía tratarse. Pensé, quizás quieren que llevemos macetas con flores en la cabeza; o cultivar lechugas en el balcón; a lo mejor quieren llenar nuestras ciudades de cemento y cristal con huertos de tomates y calabazas, sería un gran cambio. Pues no, nada de eso, por lo visto la transición ecológica consiste en simple y llanamente en dejar de emitir gases de efecto invernadero a nuestra atmósfera. Quiero recordar que estos gases de efecto invernadero son el CO2, el metano y todos aquellos que producen un calentamiento de la temperatura de nuestro planeta. Son como un abrigo que evita que se escapen los rayos del Sol al espacio, entran pero no salen.

Verde que te quiero verde. Parque de Doña Casilda en Bilbao. Trabajo propio.

¿Y cuál fue el plan? Sencillo, cambiar nuestro modelo energético, dejar de quemar carbón y petroleo, llamados ahora combustibles fósiles, por algo tan limpio como son las placas solares y aerogeneradores, los molinos de viento de toda la vida. Añado también las centrales hidroeléctricas, pero estas ya existían desde hacia décadas. Para ello lo que hicieron fue penalizar o gravar mediante impuestos a aquellas instalaciones que generan muchos gases de efecto invernadero, es decir, las empresas que generaban electricidad con carbón o petroleo y sus derivados, las centrales termoeléctricas de toda la vida. También pretenden que se dejen de usar coches de gasolina o gasoil y cambiarlos por vehículos eléctricos que evidentemente no generan gases de efecto invernadero. Todo ello muy bonito ecológico y políticamente correcto.

Y así se inició, y parece que el asunto no acaba de funcionar del todo. ¿Por qué? Sencillamente porque han empezado a construir la casa por el tejado. Lo que han hecho es empezar a cerrar las centrales eléctricas de toda la vida sin esperar que la tecnológica verde esté lo suficientemente desarrollada tanto cualitativa como cuantitativamente. En vez de ir sustituyendo paulatinamente la generación de energía eléctrica fósil, nuevo término, a medida que vamos generando más energía verde, otro nuevo término, lo han hecho al revés. Han ido corriendo a cerrar las centrales para dejarnos en manos de una tecnología que es de futuro, por supuesto, pero que aún no puede sustituir a la energía convencional de toda la vida.

Señalar brevemente que el uso de estas nuevas tecnologías no genera gases de efecto invernadero, pero su fabricación sí, así como la fabricación de cualquier electrodoméstico o utensilio eléctrico.

Por otro lado, sustituir vehículos de gasolina o gasoil por vehículos eléctricos también me supone ciertas dudas. No creo que generemos la suficiente electricidad y tampoco tengamos las instalaciones adecuadas como para abastecer a las viviendas, la industria y ahora a los vehículos, por no añadir que dentro de cuarenta o cincuenta años tenderemos cementerios de vehículos eléctricos. Por otro lado no sé si disponemos del suficiente material para tener tanto vehículo eléctrico, léase baterías de litio o el hidrógeno que utilizan algunos autobuses. Tampoco conozco la disponibilidad económica del ciudadano para comprarse otro vehículo, España tiene un parque automovilístico muy viejo, y creo que así seguirá por mucho tiempo.

Todo esto está muy bien, pero como leí en cierto tebeo de mi infancia, el hombre propone y Dios dispone o como diría un ateo la Historia es muy tozuda. Desde hace casi un año tenemos una persistente sequía en toda Europa que ha hecho descender el caudal de los ríos, luego el descenso de producción de electricidad mediante centrales hidroeléctricas ha descendido dramáticamente. El gas natural es clave para las centrales eléctricas de ciclo combinado, se trata de una clase de central eléctrica que genera energía eléctrica y energía térmica emitiendo un 50% menos de gases de efecto invernadero de ahí su importancia. Pues la guerra en Ucrania sigue y como Putin se ha puesto nervioso porque le están dando la del pulpo, y además como la UE, la OTAN y USA están vendiendo armas a Ucrania a lo que hay que añadir una serie de penalizaciones económicas de todo tipo contra Rusia, nuestro amigo Vladimir ha decidido cerrar el grifo del gas a Alemania que compra el 70 % del gas a Rusia, y a todo centro Europa. Parece ser que van a pasar bastante frio este invierno. La consecuencia de todo esto más otras situaciones produce una tremenda subida del precio de la electricidad en toda la UE. Muy felices se las daban hace dos o tres años con sus amigos rusos, parece ser que ahora se arrepienten. Ahora y por efecto rebote hay más consecuencias, los que nos aprietan el gaznate son países productores de petroleo, como los árabes, Argelia, Venezuela y alguno más. Es lo que tiene las políticas que se han hecho en Europa desde hace varias décadas.

Las soluciones que proponen son de muchas clases, Francia ha decidido seguir generando electricidad con sus centrales de energía nuclear estirando todavía más su vida útil unos cuantos años, y a eso añadir que va a construir más centrales nucleares para dentro de … veinte años, en fin. Las centrales nucleares no generan gases de efecto invernadero pero sí residuos muy peligrosos, recordemos Chernobil en Europa o Fukushima en Japón. España comenta que puede suministrar el gas que Europa necesite aunque no tengamos las instalaciones que lleven ese gas al resto de Europa, personalmente no me creo que tengamos esa capacidad, esperemos. Todo me parece una huida hacia adelante de nuestros políticos ya que no existen soluciones a muy corto plazo. Nos ha pillado el toro de la Historio y debemos de sufrirlo.

Otra cuestión que quiero comentar, y ya acabo, es que todavía seguimos teniendo ese enfoque europeo del mundo. Los distintos protocolos contra el cambio climático que se aprueban cada cierto tiempo no se cumplen ni se cumplirán por el simple hecho que ningún país puede prescindir de la energía fósil por el momento, ni siquiera la avanzada Europa. Hay ciertos países que no pueden garantizar un suministro eléctrico las veinticuatro horas del día y de calidad, y no son países tercermundistas, como para sustituir el petroleo por la placa solar. La energía fósil en cualquiera de sus maneras son formas baratas y rápidas de generar energía de cualquier tipo aunque dañen el medio ambiente. Aún nos queda mucho camino por delante.

Seguiré reflexionando sobre estos temas. Un saludo y hasta la siguiente entrada.

Bilbao, 26 de septiembre del 2022.

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