La cesta de la compra.

El carrito de la compra con algunas viandas.
Veamos la compra semanal:
  • Leche (12).
  • Aceite girasol (2).
  • Aceite oliva (2 ver precio).
  • Yogures (mirar caducidad).
  • Margarina.
  • Galletas, pan tostado integral.
  • Pan de molde.
  • Huevos (2 docenas).
  • Latas de bonito/atún, sardinillas.
  • Arroz, pasta, macarrones.
  • Botes de legumbres o paquetes dependiendo del precio.
  • Detergente (1), suavizante(2), lavavajillas(2).
  • Champú.
  • Charcutería, carnicería, pescadería, frutería.
Así a groso modo y apuntado en un papel realizo la cesta de la compra, debo de hacer notar que la última línea es un poco genérica, dependiendo de lo que halla en el mercado compro una serie de alimentos u otros. Parece mentira pero es una auténtica batalla semanal la que se lleva para llenar la despensa ya que todo depende de la situación económica de cada uno, del número de personas en la unidad familiar y también del país dónde se viva ya que cada país por su situación geográfica dispone de unos alimentos u otros, y teniendo en cuenta esto último ciertos alimentos que son baratos aquí pueden ser caros en otros lugares del mundo y viceversa. La cesta de la compra no es la misma en Alemania que en España por poner un ejemplo bastante claro.

La cesta de la compra es lo más importante de la semana y a lo que no solemos darle la importancia necesaria y no debería ser así porque somos lo que comemos, nos jugamos la salud y el dinero entre otras cosas. Hacemos la compra de una manera un tanto mecánica, compramos casi siempre los mismos productos en los mismos lugares sin interesarnos por los precios en otros comercios, mercados, supermercados, grandes superficies. Hay que planificar bien la cesta porque es lo que vamos a comer los siguientes días, luego lo que se hace con la cesta de la compra es pre planificar nuestro menú diario, eso es lo que vamos a comer y si no te gusta habértelo pensado mejor. Además los tiempos cambian que es una barbaridad.

Recuerdo mi época de crío cuándo acompañaba a mi abuela, que en la gloria esté, a las compras. Siempre peleaba con el tendero todo aquello que veía, había sufrido amargamente las consecuencias de una guerra civil y eso marca de por vida asimismo la época era diferente, no había tanta gran superficie ni supermercado todo se vendía suelto de tal manera que te lo envolvían en una bolsa de papel, tampoco había tanta estupidez con tanta comida de picar y tanta tontería alimentaría además había mucha confianza con el tendero. Hoy las cosas han cambiado, principalmente hacemos la compra en supermercados o grandes superficies. Los mercados de antaño han desaparecido o están en un claro retroceso, recuerdo esas tiendas que eran como supermercados en pequeño, las llamábamos ultramarinos. Se está perdiendo esa cercanía que creo que es necesaria a la hora de hacer la compra. Ahora la compra es más impersonal, marcas, ofertas, dimes y diretes.

Otra circunstancia personal a la hora de hacer la compra es que en mi caso suelo ir a distintos sitios, la fruta la compro en una frutería de toda la vida y con el resto hago lo mismo, para el súper suelo dejar lo que no corresponde a esas otras tiendas, todavía no me he habituado a comprar ciertos productos como la fruta, el pescado o la carne en el súper. Sí, sí, ya sé que todo es lo mismo pero como soy de la vieja escuela de frutería, carnicería y demás todavía me cuesta. Hablando de marcas, a unos quince minutos de distancia andando desde mi casa en mi villa, Bilbao, tengo como aproximadamente 15 supermercados a mi alrededor de distintos tamaños siendo algunos de las mismas empresas. Todo esto hace preguntarme, ¿para tanto da en una ciudad como Bilbao la alimentación? Todo esto como he comentado va contra el mercado minorista ya que la presión es verdaderamente asfixiante y va despareciendo silenciosamente.

Otro tema sería las modas en la alimentación que hay hoy, alimentos bajos en calorías, con no sé que clase de vitaminas, productos light ... No compro nada de eso porque no lo necesito, como me comentó una nutricionista, más cuchara, más zapatilla y menos tenedor. Los hábitos personales influyen también en nuestra salud y aunque no nos demos también cuenta en la cesta de la compra, todo suma o resta. Ah, se me olvidaba, cocinar también es una manera importante de ahorrar en la cesta ya que aprovechamos mejor el alimento y puedes variar el menú con el mismo género, asar, cocinar, freír ... en fin que hay múltiples opciones.

Bueno, voy preparando otra entrada. Por aquí os espero, cuidaros todos.

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