El Gran Rasgón.

El gran rasgón.

La llegada.

Desconocemos qué clase de seres sois, ni qué es lo que habéis venido hacer aquí. Tampoco sabemos como habéis logrado llegar a este recóndito lugar y además encontrarnos. Hace ya tiempo que llegamos a la conclusión de no responder a ninguna de las preguntas que torturan a seres como vosotros, seres imperfectos donde los halla. Lo único que se consigue es que os marchéis con más confusión de la que traéis. De todas formas y durante amplias deliberaciones llegamos a un consenso general de narrar un suceso muy grave y luctuoso que nos aconteció a nosotros para que a vos, seres imperfectos de otros lugares, os sirva de ejemplo.

El gran rasgón.

La leyenda.

Ocurrió en un tiempo muy lejano, tan lejano que vuestros simples métodos para cuantificar el tiempo no servirían y en un lugar tan extraño para vuestras limitadas mentes que seriáis incapaces de concebirlo. El vocabulario y los sistemas de comunicación que usáis son herramientas muy primitivas para nosotros que nos limitan mucho a la hora de expresarlo todo, pero con un gran esfuerzo por nuestra parte os explicaremos lo que por aquella época aconteció.

Después de muchos miles de millones de eones, medida de tiempo usada por vosotros, lo habíamos logrado. Fue muchísimo antes de la formación de vuestro Universo, creo que así definís el Lugar dónde vosotros moráis. De quién y cuándo fue la idea de transformar nuestro Lugar, así lo definimos nosotros, en lo que es hoy en día quedó perdida en los anales de nuestra historia ya que ha pasado demasiado tiempo, incluso para nosotros. Somos los herederos de una idea, de un concepto, de un sueño, de un pasado demasiado lejano. Las palabras que tengo que emplear se me antojan demasiado cortas y vacías para poder expresar este ideario que se inició mucho antes de que naciéramos todos los que habitamos hoy en día este Lugar.

Los Moradores.

Nosotros, seres que habitamos este lugar no tenemos nombre, no lo necesitamos. Nos reconocemos los unos a los otros de maneras muy distintas a las vuestras. Quizás vosotros en vuestras limitadas mentes tengáis la necesidad de nombrarnos, así que si queréis nombrarnos de alguna manera podéis llamarnos los Moradores. Nuestros cuerpos, palabra burda donde las halla, están formados de pura energía. Tenemos la capacidad de poder vivir en varias dimensiones e incluso algunos seres de este Lugar han conseguido llegar a vivir en varias dimensiones a la vez. Somos seres espacio temporales como vosotros, no somos seres inmortales, pero la duración de vuestras efímeras vidas en comparación con las nuestras nos hace casi eternos. Los cuerpos que nos dan forma son casi incorruptibles aunque sabemos que algún día llegará nuestro fin. Conocemos todas y cada una de las leyes que gobiernan este Lugar, costó muchos millones de eones acumular todo ese conocimiento, pero al final llegamos a entenderlo todo. Gracias a esta sabiduría hemos podido llegar a completar La Tarea que nos fue encomendada hace tanto tiempo, y que pasó de generación en generación.

El lugar.

La génesis de nuestro Lugar no está clara. Unos dicen que partimos de un punto de no-espacio y no-tiempo, de un lugar inmaterial y atemporal. Otros dicen que partimos de un punto de densidad, temperatura y materia infinita, y que por motivos que se desconocen se empezó a expandir. Los menos dicen que habitamos un Universo eterno, otros del mismo ideario dicen que provenimos de un sistema de Universos en el que el nuestro es un paso más hacia otro tipo de vida superior a la nuestra. A esta clase de seres los solemos tener bajo un estricto control mental ya que no tenemos pruebas de ello.

Nuestro Universo se trata de un Lugar que vosotros jamás podréis llegar ni siquiera a concebir. La materia que forma este Lugar es una materia elemental y básica, no necesitamos que dicha materia se transforme en elementos mas complejos para que podamos existir. La complejidad de la materia lleva a la bastedad y a la imperfección. Nuestro Lugar está formado principalmente por estrellas muy parecidas a las vuestras que viven en este lugar. Sí, me he expresado correctamente, ¡VIVEN! Son estrellas puras, de un color azul brillante portentoso, totalmente inmaculadas. Su tamaño es absolutamente descomunal, irradian una energía pura de la que nos alimentamos y que nos da calor. No se desperdicia nada, llega a todos los rincones de este Lugar y aunque este hecho no lo entendáis nacemos de ellas, por lo tanto, son nuestras madres y nosotros sus hijos. Por este motivo tenemos la capacidad de estar en contacto con ellas y ellas con nosotros. No somos los únicos seres de este lugar, existen muchos otros. Hay una gran variedad de seres vivos con los que convivimos todos en perfecta armonía y equilibrio. No me voy a extender mucho sobre estos seres, simplemente creed en su existencia  ya que no entenderíais de lo que estoy hablando.

El tamaño de este Universo es inconmensurable e inabarcable para una mente tan limitada como la vuestra. En el transcurso de su evolución llegó a un estado de no-expansión y no-contracción, una fase de equilibrio estable de la que gozamos hoy en día. La Tarea encomendada hace tanto tiempo la llevamos a su fin, y con un gran éxito por nuestra parte, o por lo menos eso era lo que creíamos.

El gran vacío.

Lo que ocurrió sucedió mucho tiempo desde que acabáramos La Tarea. Vivíamos entusiasmados, extasiados, orgullosos del Logro conseguido. Debido a todo esto nos dejamos llevar por la molicie y la dejadez creyendo que todo se sostendría por si mismo. Pasado el tiempo y continuando con un éxtasis cuasi enfermizo de nuestra existencia sobrevino un hecho al que no le dimos la suficiente importancia en su momento. Observamos que durante unos instantes las estrellas titilaron y por primera vez sentimos una especie de rumor proveniente de una remota región de nuestro Universo. Nos llegaron avisos de un gran vacío que se estaba formando en esa zona de nuestro Lugar, pensamos que esto no era posible y no le dimos la importancia adecuada. Cuándo observamos que más partes de nuestro Lugar se vieron afectadas por el mismo Mal empezamos a actuar.

Desconocíamos lo que motivaba este vacío repentino alarmándonos gravemente empezando a buscar las causas de esta situación. A pesar de nuestra sabiduría y conocimientos tardamos mucho tiempo en darnos cuenta de lo que sucedía. Una de nuestras investigaciones nos mostró lo impensable. Una área de las “paredes” de nuestro Lugar, las palabras una vez más nos limitan, se estaba desmoronando lo que producía una fuga significativa de material de nuestro Universo a través de esa hendidura, y lo que era peor, El Gran Rasgón que así es como lo definimos, cada vez era más grande. Lo que no solo provocaba un aumento de perdida de material sino que también ponía en peligro la existencia de nuestro propio Universo, y la de todos los seres que habitan en él.

Totalmente abrumados y sin tiempo que perder nos pusimos manos a la obra para intentar arreglar El Gran Rasgón. Pusimos todo nuestro empeño y recursos para arreglar esta gran imperfección. Por esta causa nos dimos cuenta que por lo visto no somos seres tan perfectos como creíamos. Nos costó mucho tiempo y recursos el lograr cerrar la hendidura, se escapó mucho material por este hecho. Muchos seres que participaron en El Gran Trabajo se perdieron, otros quedaron seriamente dañados y tuvimos que desecharlos. Pasado el tiempo todavía estamos estudiando que es lo que produjo El Gran Rasgón. Existen muchas teorías pero ninguna es del todo satisfactoria ni concluyente. El material que escapó sirvió para formar multitud de otros Universos. Al ser una fuga tan descontrolada los Universos que se crearon se formaron al azar, distintos tipos de Universos con distintas leyes físicas y diferentes tamaños. Vuestro Universo es uno de ellos, totalmente imperfecto como los seres que lo habitan. Nuestros propios errores provocaron este auténtico cataclismo. Vuestra existencia y la de otros se debe a este hecho, una existencia imperfecta y breve, ¡lo sentimos!

Advertencia.

Llegados a este punto creo que es necesario primero pedir perdón si es que sirve de algo. Nuestra altivez, arrogancia, soberbia y vanidad no nos dejó ver que La Tarea no concluye nunca. Debemos seguir siendo cuidadosos con nuestro Lugar para evitar que vuelva a suceder un hecho similar. Ahora somos más cuidadosos y precavidos, nos creímos seres casi perfectos sin darnos cuenta que nuestro comportamiento casi nos lleva a la destrucción a nosotros mismos, a los seres que habitan nuestro Lugar e incluso a nuestro propio Lugar. Os contamos esta historia esperando que todos vosotros aprendáis de estos hechos. Tened todos mucho cuidado allá donde moréis, el cuidar vuestro Lugar y todos los seres que habitan en Él es responsabilidad vuestra y solo vuestra, absolutamente todo incluidos vosotros mismos podéis correr un serio peligro de destrucción si os descuidáis. Sed precavidos, si nos ha ocurrido a nosotros también os puede ocurrir a vosotros.

Ahora podéis marcharos y regresar del lugar de dónde venís, ya sabéis lo que debéis de hacer. ¡Estáis advertidos!

Bilbao, 20 de enero del 2021.

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