Moby Dick.

Un cachalote albino.


Creo que todo el mundo conoce la novela en cuestión realizada por Herman Melville, y creo saber que todo el mundo conoce como empieza. Hay adaptaciones muy interesantes en el cine e incluso en el teatro sobre dicha novela, de una manera u otra todos hemos visto u oído alguna vez el relato sobre “Moby Dick”. Resumiendo, la lucha de un hombre atormentando que busca venganza por lo que un animal le ha hecho. Naturalmente el enfoque que tiene la novela se realiza en una época, la victoriana, dónde se tiene un concepto muy diferente de lo que pensamos hoy de los animales. Trata a la ballena como un a especie de asesino totalmente consciente de lo que realiza, más que defenderse parece que ataca al hombre. Hoy en día sabemos que los animales actúan más por instinto que por inteligencia aunque creamos que algunos animales, delfines, ballenas y pulpos perecen atisbar alguna clase de inteligencia si es que se puede llamar así. Aunque para los que ya me conocéis sabéis que el enfoque no va por ahí, “Moby Dick” entre líneas habla de mucho más. Por añadir algo más, “Moby Dick” se considera hoy en día un cachalote albino (Physeter macrocephalus).

“Moby Dick” es una novela de aventuras que habla de venganza, tormento, avaricia, fanatismo, superstición, supervivencia, entre otras muchos enfoques. Tormento y venganza por el sufrimiento de un ser humano, el capitán Ahab, que gravemente mutilado tortura su mente día a día para llevar a cabo una venganza sobre un animal que en el fondo tan solo actuá por instinto. Busca matar a un cachalote intentando curar su alma, como si eso reparase el daño causado. Fanatismo por el seguimiento de sus hombres hasta la muerte y por sus referencias a la Biblia en una burda justificación de sus actos. Superstición más que nada porque en aquellas épocas los hombres de mar no conocían demasiado los avatares de la mar, y codicia ya que la caza de ballenas suponía ganar dinero por el tan preciado aceite de ballena. Es curioso ver como la ceguera de un hombre lleva a la destrucción a él y a casi toda su tripulación incluyendo el propio barco si no lo recuerdo mal. Muchos vemos estos actos como los actos de un hombre desquiciado y cegado por el dolor como si nosotros no pudiéramos actuar así. ¿Pero ésto es así?

¿Cuantos “Moby Dick” hemos visto a lo largo de nuestra vida? ¿Sufrimos de ello? Naturalmente que sí, todos llevamos o hemos llevado alguna vez nuestro tormento o nuestras ganas de cumplimentar alguna clase de venganza contra algo o alguien. Personalmente he sufrido de algún que otro episodio de “Moby Dick”, pero no hasta el extremo que sufre el capitán Ahab. Cuantas veces vemos a personas meterse en venganzas absurdas, odios sin sentido, justificaciones injustificables para alcanzar una supuesta reparación del daño causado. O simplemente por una satisfacción personal por el daño que se causa, cuantas vidas desaprovechadas por un rencor sin sentido a lo largo de los años. Familias destruidas, empresas de cualquier tipo que acaban mal como el barco de la novela. Al final todos estos actos lo único que lleva es al desastre a una serie de personas que no tienen culpa de nada de lo que ocurre. Puede que así sea el ser humano, pero cuándo veo alguien que sufre de ésto tiendo a alejarme, incluso siento pena y lástima por ello.

Muchas novelas son auténticas enseñanzas de nuestra vida común y diaria, tengamos cuidado y no estropeemos nuestro bienestar ni el de nadie. Evidentemente he visto hace poco la película y me he puesto a reflexionar sobre ello. La película es la que protagonizó Gregory Peck del año 1956, os la recomiendo.

Esto es todo por hoy, saludos y hasta la siguiente.

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