Zozobra.

 Hay una entrada del 18 de septiembre en la que hablaba de la segunda oleada de la pandemia. Pues bien, nuestras autoridades parece que ya se han convencido de ello y nos vuelven a restringir más nuestra vida. Como siempre llegan tarde y mal. En este reino de taifas que es España y donde cada comunidad va por libre, han decidido en mi propia comunidad el cierre de toda actividad hostelera y grandes restricciones a la movilidad mediante confinamientos en cada pueblo o ciudad y el cese de actividades deportivas escolares así como actividades deportivas no profesionales. No han cerrado del todo los centros deportivos, pero casi. El caso es evitar contactos para evitar contagios. Desde un punto de vista sanitario me parece correcto, pero estas decisiones vuelvo a repetir que llegan tarde y mal. Las decisiones no se toman cuando el mal está entre nosotros, hay que tomarlas con antelación para evitar que el mal se propague. El siguiente problema será cuando vuelvan a quitar restricciones, espero que hallan aprendido la lección y lo hagan poco a poco vigilando el virus, y no de golpe y porrazo como lo han hecho siempre porque está claro que podemos volver a caer en esta situación dentro de cinco meses, y vuelta a empezar.

Escaparate de un bar de Bilbao.

El problema que tenemos en este país es que socializamos mucho en la calle, bares, restaurantes, agrupaciones gastronómicas y demás. Así que la proliferación de esta clase de locales es grande con el consecuente impacto en la economía doméstica. Sé que muchos locales de este tipo, hostelería, van a tener que cerrar a menos que dentro del siguiente mes el gobierno de turno se moleste en dar ayudas a fondo perdido a este gremio. La situación de la economía española empieza a ser catastrófica, tenemos un horizonte muy duro y muy negro. El sector turístico, en el que se engloba la hostelería entre otros, es uno de los pilares de nuestra economía. En el 2007 cayó la construcción, uno de los pilares, el otro está cayendo ahora por la pandemia. Debemos de reinventarnos a marchas forzados porque si no el hambre y la miseria van a ser dos características propias de este país en los siguientes años.

Todo esto me lleva a un estado de zozobra que ya es conocido por mi desde hace tiempo ya que mi vida social y particular se va a ver nuevamente afectada. La tristeza, rabia e impotencia que siento es muy grande ya que mi horizonte personal se enturbia bastante. Desde la crisis del 2007 casi todos mis conocidos se han marchado a buscarse la vida por donde han podido, mis contactos personales se han reducido mucho y todo esto crea un estado de malestar mental muy incómodo. Añadir que mi peluquero se jubila también, llevaba 25 años yendo a su peluquería y con setenta años que cumple ya le toca. Me alegro por su retiro, pero todo esto indica que mi mundo sigue cambiando de una manera u otra y hay que adaptarse. Ya le he encontrado suplente para cortarme el pelo, ha sido rápido aunque era algo que ya lo llevaba pensado desde hace tiempo.

Soy una persona bastante rara en el contacto personal, no soy alguien que haga amigos con facilidad. Mi talón de Aquiles siempre ha sido el contacto social, mi timidez. Saber vender lo que hago o lo que soy es algo que nunca he conseguido ni creo que conseguiré. Creo que pertenezco al grupo de o lo tomas o lo dejas, esto es lo que hay. Así que ya veré lo que ocurre con todo esto, lo primero es la lucha contra el virus después vendrá lo que tenga que venir. Ahora me toca ir al gimnasio, veremos que es lo que me cuentan. Más restricciones, en fin.

Poco más hay que decir. Usad todos la mascarilla, nos leemos en la siguiente entrada. Saludos.

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