Soneto a un padre.

¡Hasta la vista viejo!


Eras serio, callado y ya bastante distante,
pejino fuerte y hermoso en tus tiempos de años mozos,
amante de tu esposa y de tus hijos con gozos
luchaste con bravura por ellos Dios mediante.

Penaste pronto gran enfermedad importante,
empero no escuchamos en ti tristes sollozos.
Aunque fue poco a poco formándote destrozos
velamos junto a ti con vigilancia constante.

Te fuiste en absoluto silencio, sin palabra,
tal cómo fue tu práctica en tu modesta vida
de esta manera el último Gran Viaje iniciando.

¡Hasta la vista viejo! Que el buen cielo se te abra.
Todos bien te queremos, te lo digo volando,
con grande pena queda tu familia querida.

Lo más visto del mes