Enemigo interior

He escrito y divagado mucho sobre todos esos enemigos de nuevo cuño que tenemos ahora los que nos dedicamos a la astronomía, no los voy ha mencionar uno a uno, creo que sabemos quienes son. Del único enemigo que no he hablado nunca en este cuaderno de bitácora es del enemigo interior que tenemos dentro de nosotros, que no es ni más ni menos que nosotros mismos o nuestra propia mente, creo que es de los peores que existen. El equilibrio mental, y no me refiero a volverme majareta, es básico y fundamental en un ser humano. Enemigos externos siempre te los vas a encontrar, envidiosos, egoístas e incluso alguno que otro que ejerce el mal por el mal que hoy en día abunda mucho, pero la única manera de hacerlos frente es con nuestra propia mente.

Tempestades que se abaten en mi mente.

No, no me refiero a telepatía o telequinesia ni cosas por el estilo. Me refiero a quitarnos, quitarme, todos esos fantasmas que aparecen continuamente todos los días en la cabeza y que ocupan nuestro tiempo haciéndonos divagar por recoletos que luego nunca ocurren. Es algo de lo que hoy en día se habla mucho encontrándome muchos memes por redes sociales, lo que me lleva a pensar que quizá el problema sea que somos personas mentalmente débiles de carácter o que necesitemos de ese algo para poder salir de esa situación de desequilibrio. Algo que todavía no hemos hallado.

Tener una mente que no te deja ver la realidad con suficiente objetividad es verdaderamente un problema. Estar en ciertas circunstancias y que te vengan a la cabeza situaciones que ni siquiera han existido es verdaderamente molesto. No sé en que momento de mi vida llegó todo esto, o simplemente han sido un cúmulo de situaciones que llevadas a lo largo de los años han dejado cierta parte de mis neuronas en cortocircuito. Las circunstancias que vivimos actualmente tampoco ayudan demasiado, no hemos entrenado nuestra mente para esto, no. Supongo que la manera de ser de cada uno influye de sobremanera en todos estos asuntos, todo suma o resta, depende del cristal con que se mira. Lo que hago para luchar contra esto es tener la mente ocupada en ejercicios mentales que me llenen esa parte de mi cerebro para que cuándo llegue el tsunami no me lleve por delante durante unas horas. Dormir bien y profundamente es otro de los secretos, cuándo lo consigo lo noto mucho.

Otro asunto es el de cierta mujer que conocí hace años y de la que no consigo desengancharme, siempre la he llamado “la rubia” o la “guerita” como dicen en México. La loca aquella de la entrada que escribí hace años no, esa no. Esta de la que os hablo es de las buenas. Pues ahí sigo, con mis pensamientos situados en ella, enganchado como un tonto a alguien que es difícil de alcanzar, y que por cierto no os voy a decir quién es, no os lo creeríais. En cambio de otra gente me he olivado, curiosa la mente que tenemos donde nos enganchamos a lo imposible y lo posible lo dejamos ir.

Bueno, es domingo y dentro de poco llega el verano. Cielo nuboso y veintidós grados celsius en Bilbao, que paséis un buen día y hasta la siguiente. Gracias por estar ahí.

Bilbao, 20 de junio del 2021.


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