La vacuna

Ya he recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID, no tuve que esperar largas colas para entra y salir, se hizo todo con bastante celeridad. Todas las enfermeras fueron muy amables y pacientes con todos, esperamos en un pequeño sitio con banquetas para luego pasar al box correspondiente. Allí una enfermera te hace las pertinentes preguntas de rigor sobre alergias a medicamentos, mediación que uno recibe y demás, la segunda comprobaba en un pequeño portátil si tenias cita y quién eras. Una vez que todo estaba correcto te pinchaba con la jeringuilla, me tocaba Pfizer, y a seguir. Espera de quince minutos en un asiento al lado del box para por si alguna reacción extraña, y a pedir cita para la segunda vacuna dentro de venite días. Como así me la dieron. Total de tiempo desde que entré hasta que salí, veinticinco minutos. No he tenido ninguna clase de reacción los días siguientes a la vacuna así que todo bien.



La verdad, estamos viviendo unos tiempos que no esperábamos. La pandemia que nos toca vivir era algo que aunque se pensaba que podía pasar nunca llegamos a creer que nos podía suceder, al igual que la enorme crisis del dos mil ocho, que personalmente y laboralmente me afecto de manera devastadora, fue otro de los grandes acontecimientos para los que mi generación no estaba preparada. ¿Qué será lo siguiente que tengamos que vivir? ¿Una invasión alienígena? ¿El ataque de Godzilla? ¿El fin del mundo? Veremos.

El desarrollo de la pandemia desde la última entrada ha sido desigual en todo el mundo e incluso desigual en toda España. Las diferentes olas han llegado de manera desigual a todos los países afectando de manera desigual a la población de cada país. Parece increíble que un virus que ataca al organismo humano afecte de manera desigual a distintas poblaciones situadas en un espacio geográfico cercano como puede ser un país como España. Comentar a los que no conozcan demasiado este país que España ha sido es y será siempre un auténtico reino de taifas. Un lugar dónde cada uno hace de su capa un sayo y que cada cuál en cada comunidad autónoma manda cual cacique de la edad media. Ha habido directrices por parte de la OMS, Organización Mundial de la Salud, pero cada uno ha adoptado dichas directrices a su forma de pensar y proceder. A pesar de lo mal que lo estamos pasando en Europa hemos tenido que ir en ayuda a otros países como la India que se han visto desbordados con la segunda y sucesivas olas. No quiero ni pensar como deben de estar en otras partes del mundo como África, Centro América y/o Sudamérica. Las noticias que nos llegan son desoladoras, es triste la desigualad que sigue pasando en el mundo, pero por desgracia esto siempre ha sido así.

Rosas en agua

Volviendo a mi tierra, los niveles ya han empezado a disminuir. Por lo visto la vacuna hace sus efectos positivos, pero no debemos de bajar la guardia. Ahora te dan un certificado COVID para que puedas viajar libremente por el mundo sin despertar sospechas, creo que es para conseguir lo que se ha denominado como pasaporte COVID. Supongo que cuando todo esto pase el pasaporte ese no valdrá para mucho, será una vacuna más que te pones cada vez que te dirijas a ciertos países con enfermedades que no hay en el denominado primer mundo.

Respecto a los negacionistas, que lo niegan todo desde la historia hasta la existencia del universo, se debería de tomar alguna clase de medida contra ellos porque así como que crean que la Tierra es plana, al fin y al cabo se trata de algo inocuo para los demás, el hecho de que no se vacunen si supone un riesgo para el total de la población. Ponerse una vacuna hoy en día es voluntario, pero mi salud y la de los demás es asunto de todos, no solo de unos desinformados que amparados en el número se creen en posesión de la verdad. Una verdad que solo existe en su cerebro, por cierto. Se podría entrar en una espiral donde la pandemia no se acaba de controlar debido a todo este descontrol. Espero que esto no ocurra.

Esta es mi experiencia con la vacuna del COVID. Hasta aquí en el día de hoy, un saludo a todos y gracias por seguirme. ¡Chao!

En Bilbao, a 7 de junio del 2021.


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