El gran golpe - parte I.

X-33. Crédito: NASA.

El gran golpe.

PARTE I.


-¡Detén la nave, es imposible que puedas escapar de nosotros! -escuchó Tony una voz autoritaria en la cabina de la nave mientras manejaba los controles.

Tal y cómo lo había calculado consiguió sacar una gran ventaja a las naves del Gobierno antes de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando. Una ventaja mayor de lo planeado inicialmente, lo que le permitió seguir su plan con entera tranquilidad. Un plan que empezó a planificar hace ya muchos años, un plan con muchos secretos, casualidades, y con muchos participantes indirectos que desconocían de parte a parte cuáles eran sus propósitos. Sí todo salía según lo planificado no tendría que repartir nada con nadie ya que cuándo regresase no iba a estar nadie con vida, o eso calculaba.

La nave era una simple nave de carga de las más enormes que podía hallar para llevar su preciado cargamento que como inconveniente no disponía precisamente de una gran velocidad debido a que tenía menos motores y por tanto menos empuje, las prisas en las naves de carga no eran necesarias. Los depósitos de la nave iban cargados hasta los topes de un preciado material, un material que había robado horas antes. No era oro, ni plata, ni ninguna clase de sustancia preciosa o preciada. Era el material más importante descubierto por el ser humano hará casi dos siglos y pieza clave para el viaje interestelar, la norbita. Aunque la norbita  se lleva en los depósitos en estado líquido, el material era extraído en distintas minas en estado sólido para luego licuarlo para un mejor manejo y distribución. Cómo era utilizado a posteriori para el uso en naves estelares éso a Tony la daba igual, lo único que sabía era que el precio de ese material era totalmente desorbitado y que si todo salía bien podría llegar a ser una persona inmensamente rica.

-La masa es la clave de todo en el espacio. Hay que tener un gran equilibrio entre velocidad y masa ya que en el espacio no hay atmósfera que te ayude a poder frenar la nave. Si tienes mucha masa y mucha velocidad vas a tener que frenar desde mucho antes de llegar a tu destino durante mucho más tiempo. Lo que significa más energía a los motores y más gasto de ésta. Hay que saber equilibrarlo todo, por eso las naves de carga no tienen mucho empuje ya que tienen mucha masa -recordó Tony las palabras de Alex mientras observaba la consola.
-¡Alex! -repitió Tony en su mente.

Buena persona y mejor astrofísico, rememoró a Alex con una sonrisa melancólica en el rostro ya que probablemente no lo volvería a ver nunca más. Tony no tenía los conocimientos necesarios de física, pero Alex sí. Fue una gran suerte que coincidieran hace ya alguna década en esa especie de antro para gente solitaria donde seducir a una persona introvertida como Alex era sencillo, unas copas y algo de sexo convenientemente repartido a lo largo de los años hacían que una persona como Alex se mantuviera fiel. Aunque Tony todavía en ese momento no pensase en realizar el golpe, ni nada parecido.

-Hemos puesto en alerta a todas las naves militares del Gobierno. Todos los planetas con puestos espaciales conocidos están ya vigilados y controlados -escuchó Tony la misma voz de antes en la cabina de su nave sacándola de sus pensamientos-. Aunque saltes al sistema estelar más alejado te estaremos esperando, no tienes escapatoria.
-No sabéis a dónde voy a saltar, no. No tenéis la más mínima idea -susurró para sí Tony con una sonrisa sarcástica.

Tony en el asiento principal de la cabina de mando sacó de uno de sus bolsillos de su buzo de trabajo un pequeño cilindro que lo introdujo en una de las ranuras de la consola. Pocos segundos después y de una de las pantallas observó la información requerida, Tony inclinándose sobre la consola confirmó el nuevo destino validando todos los protocolos. Cómo había planeado no hubo ningún problema para validar el salto ya que no había ninguna instrucción que prohibiese la ruta. Sabía que saltase a dónde saltase iban a perseguir la nave con su preciado cargamento, pero dudó que después siguiesen a la nave allá adónde se dirigía una vez que comprobasen el destino final. Se acomodó apaciblemente agarrando los arneses que le sujetaban al asiento con ambas manos y esperó mientras observaba que todo estuviera en orden. Aunque las naves de carga no eran veloces tenían que tener dispositivos de salto para ir de un lugar a otro, principalmente planetas con puertos espaciales dónde depositar la carga.

Minutos después y con las naves del gobierno acercándose, pero todavía muy alejadas, se produjo el salto. No notó nada, no tenía por qué, simplemente dejó de ver las estrellas por unos segundos volviendo a verlas segundos después encontrándose en otro lugar de la galaxia. Tuvo que dejar que el ordenador verificase su nueva situación y siguiese con la ruta establecida.

Tony empezó a notar como la excitación y el nerviosismo en el cuerpo le invadían ya que lo que iba a realizar no lo había hecho nunca ningún ser humano anteriormente. Su ruta de escape pasaba justo al lado de un agujero negro, un agujero negro de masa intermedia según le había comentado Alex. Nadie conocía lo que iba a realizar. Tony rememoró cuándo comenzó a maquinar el plan cuando Alex le contaba sus teorías de física, hace ya muchos años.

-Hemos descubierto un agujero de masa inter media a una distancia de unos mil años luz de la Tierra -comentó Alex a Tony en uno de sus paseos por la playa.
-Bueno, ¿y qué? -respondió Tony sin prestar mucha atención a lo que decía Alex mientras se agarraban de la mano.
-Es el agujero negro de masa intermedia más cercano que conocemos. Solicité que me dejasen una nave para estudiarlo más de cerca, pero por motivos de seguridad rechazaron la solicitud -torció el gesto Alex en señal de desagrado.
-Pues, ¿cuál es el problema? -preguntó Tony sonriente acercándose un poco más a Alex.
-Todavía no conocemos la masa exacta del agujero negro, por lo que acercanos sería peligroso. Demasiado cerca destrozaría la nave y a una distancia determinada distorsionaría demasiado el tiempo entre la nave y la Tierra …

Tony dio a Alex un beso en los labios cortando su plática.

-No entiendo -habló susurrando Tony a Alex que permanecía con los ojos cerrados, se habían detenido al borde de la playa dónde el agua mojaba sus pies.
-Me refiero a que a cierta distancia del agujero negro el tiempo en la nave se ralentiza respecto a un observador en la Tierra - Cogió Alex aire para seguir-. Debemos de ser cuidadosos y evitar acercarnos demasiado para no caer en una especie de trampa temporal.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Tony con sus ojos grises abiertos como platos
-Que si nos acercásemos demasiado al agujero negro durante un determinado espacio de tiempo para el piloto de la nave habrá pasado el tiempo normal, pero para una persona de la Tierra puede que hallan pasado cinco años o incluso más. Debemos calcular la masa del agujero y luego decidir cuál es la órbita más óptima para evitar distorsiones temporales.
-Entonces, ¿si vas? ¿Envejeceré más rápido?
-No, no. Tu ritmo …

Tony por sorpresa se subió a horcajadas encima de Alex cayendo sobre la arena, rodaron por la playa empapándose con el agua de la mar rebozándose más todavía, acabaron riéndose. Cuándo Tony llegó a su casa una idea empezó a rondar por su cabeza que aunque desconocía las leyes de la física era persona inteligente que hilvanaba ideas rápido. Debía enterarse algo más sobre ese agujero negro y quizás con el tiempo aprender a pilotar naves espaciales.

Días después estaban los dos en el piso de Alex, siguió recordando Tony. Ella estaba semi desnuda tumbada en la butaca viendo la olovisión mientras que en un rincón de la sala Alex se devanaba la cabeza con sus estudios.

-¿Qué haces, cariño? -preguntó Tony.
-Calculando la masa de un agujero negro -tardó Alex en contestar mientras alguna gota de sudor le caía por la mejilla.
-Ah -respondió Tony distraída mientras veía algún que otro anuncio publicitario.
-¡Ya está! -chilló Alex con entusiasmo minutos después mientras miraba de arriba a abajo la pantalla de su computadora.
-¿Ya está qué? -preguntó Tony dirigiendo su mirada al rincón dónde un eufórico Alex daba pequeños botes en el asiento.
-¡La masa del agujero negro! ¡La he calculado! Ahora podremos mandar naves cerca de ese objeto sin que la distorsión espacio-temporal nos afecte lo más mínimo -habló exultante Alex.

Tony se incorporó de la butaca y vestida tan solo con una camiseta que le tapaba hasta el ombligo anduvo hacía Alex. Tony al llegar a su rincón dónde estaba sentado Alex le abrazó por detrás mesándole el cabello. Tony observó la pantalla.

-Cuantos garabatos, cariño. No entiendo nada.-habló Tony mientras besuqueaba el cabello a Alex.

Alex seguía mirando hipnotizado la pantalla, y con un dedo señaló un número en la parte inferior derecha de la pantalla.

-Cincuenta y tres -susurró Tony al oído de Alex la cifra.
-Agujero de masa intermedia. Ahora toca calcular distancias seguras y órbitas -dijo un excitado Alex.

Tony empezó a manosear el cuerpo de Alex y este con unas risitas sujetó las manos de Tony dejando el teclado y su tarea para otro día.

La nave se iba aproximando a la órbita que le iba a llevar cerca del agujero negro. No podía verlo directamente, pero sí observaba una especie de mancha negra que no poseía ninguna clase de estrella, daba pavor verla. Tony observó que no había disco de acreción, ni emisión de ninguna clase de energía. El agujero negro permanecía en absoluto silencio. La nave avanzaba inexorablemente hacía su destino …

-¡Detenga la nave! ¡Es la última advertencia! -retumbó en la cabina la orden.

Tony se sobresaltó de lo concentrada que estaba. Miró a una pantalla de la consola frontal y vio a toda una flota de naves que iba apareciendo una a una en la pantalla del radar.

-Están a una distancia más que suficiente -pensó Tony-. Todavía no se han dado cuenta o no quieren darse cuenta.

Tony recordó el día que le comentó a Alex lo que pretendía hacer, él se molestó mucho.

-¿Qué te ocurre? -preguntó Tony en un momento que pudo estar con Alex- Llevas una semana eludiéndome, no contestas a mis llamadas. ¡Ni siquiera me miras! ¿Estás enfadado por mis futuros estudios?¿No quieres que tenga mi propio futuro?
-No, no es éso -respondió un compungido Alex-. Simplemente que debido a tu futuro empleo nos vamos a ir distanciando cada vez más. Sé lo que ocurre con los pilotos espaciales, lo he visto más de una vez. Al final siempre acaban cortando sus relaciones o emprendiendo otras totalmente distintas.
-Vamos, no seas tonto -respondió Tony con  tono de voz juguetón-. Te llevaré en alguna de mis naves de paseo. Iremos a ese agujero negro del que tanto hablas para que lo veas de cerca. Verás como seguimos …
-No, no creo que vayamos a poder … todavía. Hay que calcular ciertas variables, y con el tiempo lo lograré. Además, los agujeros negros no se pueden ver directamente, no emiten luz, y si mandamos alguna nave será alguna clase de nave no tripulada por seres humanos.
-Como tú digas -respondió Tony con un suspiro a alguien que no tiene remedio.

A la larga Alex tuvo razón, los estudios, pruebas de vuelo, viajes y demás fueron distanciando cada vez un poco más a los dos aunque Tony se resistiese a ello, más que nada porque quería saber los planes de vuelo orbital a ese agujero negro o a cualquier otro. Tenía ya en la cabeza su plan, ahora solo tenía que encontrar los medios para entrar en las zonas de carga de ese material tan importante, y robarlo. Eso le llevaría unos cuantos años más. ¡Ah! Y la información que solo Alex le podía suministrar, pero éso debía de hacerse sin que él ni nadie sospechase nada. Ahora tocaba buscar contactos en empresas de vuelos y altos vuelos. Poco a poco todo avanzaba.

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