El gran golpe - relato completo.

EL GRAN GOLPE.


El gran golpe.

-¡Detén la nave, es imposible que puedas escapar de nosotros! -escuchó Tony una voz autoritaria en la cabina de la nave mientras manejaba los controles.

Tal y cómo lo había calculado consiguió sacar una gran ventaja a las naves del Gobierno antes de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando. Una ventaja mayor de lo planeado inicialmente, lo que le permitió seguir su plan con entera tranquilidad. Un plan que empezó a planificar hace ya muchos años, un plan con muchos secretos, casualidades, y con muchos participantes indirectos que desconocían de parte a parte cuáles eran sus propósitos. Sí todo salía según lo planificado no tendría que repartir nada con nadie ya que cuándo regresase no iba a estar nadie con vida, o eso calculaba.

La nave era una simple nave de carga de las más enormes que podía hallar para llevar su preciado cargamento que como inconveniente no disponía precisamente de una gran velocidad debido a que tenía menos motores y por tanto menos empuje, las prisas en las naves de carga no eran necesarias. Los depósitos de la nave iban cargados hasta los topes de un preciado material, un material que había robado horas antes. No era oro, ni plata, ni ninguna clase de sustancia preciosa o preciada. Era el material más importante descubierto por el ser humano hará casi dos siglos y pieza clave para el viaje interestelar, la norbita. Aunque la norbita  se lleva en los depósitos en estado líquido, el material era extraído en distintas minas en estado sólido para luego licuarlo para un mejor manejo y distribución. Cómo era utilizado a posteriori para el uso en naves estelares éso a Tony la daba igual, lo único que sabía era que el precio de ese material era totalmente desorbitado y que si todo salía bien podría llegar a ser una persona inmensamente rica.

-La masa es la clave de todo en el espacio. Hay que tener un gran equilibrio entre velocidad y masa ya que en el espacio no hay atmósfera que te ayude a poder frenar la nave. Si tienes mucha masa y mucha velocidad vas a tener que frenar desde mucho antes de llegar a tu destino durante mucho más tiempo. Lo que significa más energía a los motores y más gasto de ésta. Hay que saber equilibrarlo todo, por eso las naves de carga no tienen mucho empuje ya que tienen mucha masa -recordó Tony las palabras de Alex mientras observaba la consola.
-¡Alex! -repitió Tony en su mente.

Buena persona y mejor astrofísico, rememoró a Alex con una sonrisa melancólica en el rostro ya que probablemente no lo volvería a ver nunca más. Tony no tenía los conocimientos necesarios de física, pero Alex sí. Fue una gran suerte que coincidieran hace ya alguna década en esa especie de antro para gente solitaria donde seducir a una persona introvertida como Alex era sencillo, unas copas y algo de sexo convenientemente repartido a lo largo de los años hacían que una persona como Alex se mantuviera fiel. Aunque Tony todavía en ese momento no pensase en realizar el golpe, ni nada parecido.

-Hemos puesto en alerta a todas las naves militares del Gobierno. Todos los planetas con puestos espaciales conocidos están ya vigilados y controlados -escuchó Tony la misma voz de antes en la cabina de su nave sacándola de sus pensamientos-. Aunque saltes al sistema estelar más alejado te estaremos esperando, no tienes escapatoria.
-No sabéis a dónde voy a saltar, no. No tenéis la más mínima idea -susurró para sí Tony con una sonrisa sarcástica.

Tony en el asiento principal de la cabina de mando sacó de uno de sus bolsillos de su buzo de trabajo un pequeño cilindro que lo introdujo en una de las ranuras de la consola. Pocos segundos después y de una de las pantallas observó la información requerida, Tony inclinándose sobre la consola confirmó el nuevo destino validando todos los protocolos. Cómo había planeado no hubo ningún problema para validar el salto ya que no había ninguna instrucción que prohibiese la ruta. Sabía que saltase a dónde saltase iban a perseguir la nave con su preciado cargamento, pero dudó que después siguiesen a la nave allá adónde se dirigía una vez que comprobasen el destino final. Se acomodó apaciblemente agarrando los arneses que le sujetaban al asiento con ambas manos y esperó mientras observaba que todo estuviera en orden. Aunque las naves de carga no eran veloces tenían que tener dispositivos de salto para ir de un lugar a otro, principalmente planetas con puertos espaciales dónde depositar la carga.

Minutos después y con las naves del gobierno acercándose, pero todavía muy alejadas, se produjo el salto. No notó nada, no tenía por qué, simplemente dejó de ver las estrellas por unos segundos volviendo a verlas segundos después encontrándose en otro lugar de la galaxia. Tuvo que dejar que el ordenador verificase su nueva situación y siguiese con la ruta establecida.

Tony empezó a notar como la excitación y el nerviosismo en el cuerpo le invadían ya que lo que iba a realizar no lo había hecho nunca ningún ser humano anteriormente. Su ruta de escape pasaba justo al lado de un agujero negro, un agujero negro de masa intermedia según le había comentado Alex. Nadie conocía lo que iba a realizar. Tony rememoró cuándo comenzó a maquinar el plan cuando Alex le contaba sus teorías de física, hace ya muchos años.

-Hemos descubierto un agujero de masa inter media a una distancia de unos mil años luz de la Tierra -comentó Alex a Tony en uno de sus paseos por la playa.
-Bueno, ¿y qué? -respondió Tony sin prestar mucha atención a lo que decía Alex mientras se agarraban de la mano.
-Es el agujero negro de masa intermedia más cercano que conocemos. Solicité que me dejasen una nave para estudiarlo más de cerca, pero por motivos de seguridad rechazaron la solicitud -torció el gesto Alex en señal de desagrado.
-Pues, ¿cuál es el problema? -preguntó Tony sonriente acercándose un poco más a Alex.
-Todavía no conocemos la masa exacta del agujero negro, por lo que acercanos sería peligroso. Demasiado cerca destrozaría la nave y a una distancia determinada distorsionaría demasiado el tiempo entre la nave y la Tierra …

Tony dio a Alex un beso en los labios cortando su plática.

-No entiendo -habló susurrando Tony a Alex que permanecía con los ojos cerrados, se habían detenido al borde de la playa dónde el agua mojaba sus pies.
-Me refiero a que a cierta distancia del agujero negro el tiempo en la nave se ralentiza respecto a un observador en la Tierra - Cogió Alex aire para seguir-. Debemos de ser cuidadosos y evitar acercarnos demasiado para no caer en una especie de trampa temporal.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Tony con sus ojos grises abiertos como platos
-Que si nos acercásemos demasiado al agujero negro durante un determinado espacio de tiempo para el piloto de la nave habrá pasado el tiempo normal, pero para una persona de la Tierra puede que hallan pasado cinco años o incluso más. Debemos calcular la masa del agujero y luego decidir cuál es la órbita más óptima para evitar distorsiones temporales.
-Entonces, ¿si vas? ¿Envejeceré más rápido?
-No, no. Tu ritmo …

Tony por sorpresa se subió a horcajadas encima de Alex cayendo sobre la arena, rodaron por la playa empapándose con el agua de la mar rebozándose más todavía, acabaron riéndose. Cuándo Tony llegó a su casa una idea empezó a rondar por su cabeza que aunque desconocía las leyes de la física era persona inteligente que hilvanaba ideas rápido. Debía enterarse algo más sobre ese agujero negro y quizás con el tiempo aprender a pilotar naves espaciales.

Días después estaban los dos en el piso de Alex, siguió recordando Tony. Ella estaba semi desnuda tumbada en la butaca viendo la olovisión mientras que en un rincón de la sala Alex se devanaba la cabeza con sus estudios.

-¿Qué haces, cariño? -preguntó Tony.
-Calculando la masa de un agujero negro -tardó Alex en contestar mientras alguna gota de sudor le caía por la mejilla.
-Ah -respondió Tony distraída mientras veía algún que otro anuncio publicitario.
-¡Ya está! -chilló Alex con entusiasmo minutos después mientras miraba de arriba a abajo la pantalla de su computadora.
-¿Ya está qué? -preguntó Tony dirigiendo su mirada al rincón dónde un eufórico Alex daba pequeños botes en el asiento.
-¡La masa del agujero negro! ¡La he calculado! Ahora podremos mandar naves cerca de ese objeto sin que la distorsión espacio-temporal nos afecte lo más mínimo -habló exultante Alex.

Tony se incorporó de la butaca y vestida tan solo con una camiseta que le tapaba hasta el ombligo anduvo hacía Alex. Tony al llegar a su rincón dónde estaba sentado Alex le abrazó por detrás mesándole el cabello. Tony observó la pantalla.

-Cuantos garabatos, cariño. No entiendo nada.-habló Tony mientras besuqueaba el cabello a Alex.

Alex seguía mirando hipnotizado la pantalla, y con un dedo señaló un número en la parte inferior derecha de la pantalla.

-Cincuenta y tres -susurró Tony al oído de Alex la cifra.
-Agujero de masa intermedia. Ahora toca calcular distancias seguras y órbitas -dijo un excitado Alex.

Tony empezó a manosear el cuerpo de Alex y este con unas risitas sujetó las manos de Tony dejando el teclado y su tarea para otro día.

La nave se iba aproximando a la órbita que le iba a llevar cerca del agujero negro. No podía verlo directamente, pero sí observaba una especie de mancha negra que no poseía ninguna clase de estrella, daba pavor verla. Tony observó que no había disco de acreción, ni emisión de ninguna clase de energía. El agujero negro permanecía en absoluto silencio. La nave avanzaba inexorablemente hacía su destino …

-¡Detenga la nave! ¡Es la última advertencia! -retumbó en la cabina la orden.

Tony se sobresaltó de lo concentrada que estaba. Miró a una pantalla de la consola frontal y vio a toda una flota de naves que iba apareciendo una a una en la pantalla del radar.

-Están a una distancia más que suficiente -pensó Tony-. Todavía no se han dado cuenta o no quieren darse cuenta.

Tony recordó el día que le comentó a Alex lo que pretendía hacer, él se molestó mucho.

-¿Qué te ocurre? -preguntó Tony en un momento que pudo estar con Alex- Llevas una semana eludiéndome, no contestas a mis llamadas. ¡Ni siquiera me miras! ¿Estás enfadado por mis futuros estudios?¿No quieres que tenga mi propio futuro?
-No, no es éso -respondió un compungido Alex-. Simplemente que debido a tu futuro empleo nos vamos a ir distanciando cada vez más. Sé lo que ocurre con los pilotos espaciales, lo he visto más de una vez. Al final siempre acaban cortando sus relaciones o emprendiendo otras totalmente distintas.
-Vamos, no seas tonto -respondió Tony con  tono de voz juguetón-. Te llevaré en alguna de mis naves de paseo. Iremos a ese agujero negro del que tanto hablas para que lo veas de cerca. Verás como seguimos …
-No, no creo que vayamos a poder … todavía. Hay que calcular ciertas variables, y con el tiempo lo lograré. Además, los agujeros negros no se pueden ver directamente, no emiten luz, y si mandamos alguna nave será alguna clase de nave no tripulada por seres humanos.
-Como tú digas -respondió Tony con un suspiro a alguien que no tiene remedio.

A la larga Alex tuvo razón, los estudios, pruebas de vuelo, viajes y demás fueron distanciando cada vez un poco más a los dos aunque Tony se resistiese a ello, más que nada porque quería saber los planes de vuelo orbital a ese agujero negro o a cualquier otro. Tenía ya en la cabeza su plan, ahora solo tenía que encontrar los medios para entrar en las zonas de carga de ese material tan importante, y robarlo. Eso le llevaría unos cuantos años más. ¡Ah! Y la información que solo Alex le podía suministrar, pero éso debía de hacerse sin que él ni nadie sospechase nada. Ahora tocaba buscar contactos en empresas de vuelos y altos vuelos. Poco a poco todo avanzaba.

-Bueno, pues allá vamos -habló para sí Tony en la cabina cuando la nave de carga inició la inexorable órbita de caída hacía el agujero negro.
-¡Alto! ¡Deténgase! -escuchó Tony minutos después una voz que rallaba el histerismo-. Lleva la nave directamente hacía un agujero negro, no conseguirá nunca salir de ahí. Aconsejamos que cambie el rumbo de la nave ahora. ¡No siga!

Tony observó la pantalla y percibió como las naves que pretendían darla caza iban deteniéndose manteniendo la distancia prudencial que debían de tener hacía un objeto tan masivo como es un agujero negro. O quizás fuese un efecto del agujero negro, no lo sabía con certeza.

-¡Pare! No sabemos que pretende, pero le aseguramos que su nave con su contenido e incluso usted misma quedarán destruidas -volvió a escuchar Tony en su cabina.

Al cabo de los años alcanzó el puesto que ella quería, piloto de naves de carga de norbita. Se trata de un puesto de alta seguridad, responsabilidad y muy peligroso. La norbita es un material altamente protegido y que solo unos cuantos pueden trasportarlo. Una vez alcanzado el puesto, siguió con su objetivo. Se ganó la confianza de todos como piloto de carga, alcanzó el máximo puesto en la jerarquía y con el paso de los años fue afinado más su plan. Incluso sufrió varios intentos de robo mientras llevaba el material de las minas a las refinerías, o incluso cuando el material refinado lo transportaba a las propias agencias de vuelo para su posterior uso en vuelos espaciales. Su comportamiento, aptitud y actitud le valió la confianza de las altas esferas de las empresas que se encargaban de estos asuntos.

Cierto día Alex la invitó a cenar, ella aceptó. Tan solo faltaba el plan de vuelo y eso debía de venir de la mano de Alex aunque él no lo supiera.

-Ya está todo hecho -habló Alex durante la cena con cierta risita histriónica, volvía a estar eufórico.
-¿A qué te refieres? -respondió Tony mientras le miraba con una leve sonrisa.
-Hemos mandado una nave no tripulada al agujero negro y a regresado sin novedad. Ya hemos estudiado de cuánto es la dilatación temporal que ha sufrido la nave y hemos ajustado todos los parámetros para posteriores misiones. Tengo los cálculos y órbitas necesarias en casa en el computador.

Tony notó un respingo dentro de ella cuando escuchó la noticia, lo disimuló entre sorbo de vino y bocado. Se las arregló para acabar la velada en la casa de Alex, al fin y al cabo era su mejor amigo o casi novio.

Durante la noche y mientras Alex dormía la cena y algo más, Tony se dirigió hacía el computador. Sabía que Alex no usaba claves en su computadora, así que le resultó fácil acceder a la información y llevársela. Más bien hacer copias, debía de dejarlo todo tal y cómo estaba para seguir adelante con el golpe. A la mañana siguiente después de la velada y la noche se fue a su domicilio, allí estudió la información detalladamente durante varios meses ajustando la órbita necesaria para sus fines.

Calculó la órbita más cercana al horizonte de sucesos del agujero negro sin que las mareas gravitatorias le destrozasen la nave dejando cierto margen de error. Algo había aprendido de sus curso de piloto. También calculó la velocidad necesaria para realizar un solo giro alrededor del agujero negro que le llevaría un día para ella, pero que para una persona en la Tierra fuesen treinta años. El tiempo suficiente para que prescribiese el delito, que era de veinticinco años, y además se quedase con toda la carga en su propiedad según lo estipulado por la ley. Lo siguiente fue esperar el pedido que llevase la carga necesaria y ejecutar el plan, nadie sospechaba nada.

Y ahora en esas circunstancias se encontraba Tony, totalmente aterrorizada empezando su giro alrededor del agujero negro. Nadie había intentado hacer éso que ella pretendía. Comprobó todos los indicadores de la nave, no observó nada anormal, pero en esas circunstancias tampoco sabía que era lo normal o anormal. Para ella veinticuatro horas dentro de la nave no eran nada, alguna vez permaneció semanas enteras en alguna nave de transporte llevando material a la base más lejana. Tenía todo lo necesario. Apagó la conexión auditiva con el exterior ya que solo escuchaba pitidos y cierta estática un tanto extraña. Le parecían voces muy agudas y que hablaban muy rápido, no le dio importancia. Observando el radar se percató que las naves que la perseguían habían desaparecido de golpe, no de la manera que habitualmente desaparece una nave del radar. Estaba totalmente sola y desconocía lo que iba a pasar, ni lo que iba a encontrar cuando consiguiese dar la vuelta al agujero negro, si es que lo lograba. Solo observaba una gran negrura delante de ella, pensó que quizás se hubiese confundido al hacer los cálculos. No podía saberlo, incomunicada por todos los medios, sin referencias, sola y en el silencio del espacio no había marcha atrás.

Cuándo realizó el giro completo la nave tardó en salir de la influencia gravitatoria del agujero negro. Como Tony esperaba no había ninguna clase de nave esperándola, tan solo el vacío del espacio. Llevó la nave lejos del alcance del agujero negro para utilizar el radar de largo alcance, aunque los que se usaban en esa nave no eran precisamente de los más profundos. No captó nada, tan solo el silencio del espacio. Tony empezó a hacer sus cálculos mientras la nave automáticamente se posicionaba en el vacío interestelar.

-He tardado más de lo previsto en hacer el giro -masculló entre dientes Tony-. Las estrellas siguen en la misma posición tal y como esperaba, pero no sé cuánto tiempo ha pasado. Tengo que saltar hacía el espacio puerto más próximo a la Tierra y cerciorarme de que lo he hecho bien. Si no, creo que pasaré una temporadita a la sombra, o puede que quizá llegue a algún lugar desconocido.

Tony se estremeció de tanta soledad y silencio en la nave. Se acordó de conectar la conexión auditiva, empezó a escuchar.

-Nada de nada. ¿Habrán pasado más años de los calculados? He permanecido unas horas más dando la vuelta y no sé si los cálculos estarán bien. Tendré que empezar a pensar en dar el salto y saber lo que he hecho.

Tony ajustó los mandos en la consola para realizar el salto y llegar al sistema solar. Después con el impulso normal se acercaría al espacio puerto de la Tierra más cercano. Podría ser uno en órbita alrededor del sol o algún otro que hubiera en la superficie de la Tierra. Finalmente el computador de la nave le dio luz verde, ella se volvió a agarrar a los arneses que le sujetaban al asiento de la cabina de control y con un dedo pulsó el botón de salto. Pocos segundos después se produjo el salto, no notó nada fuera de lo normal.

Comprobó todo rutinariamente tal y como era costumbre en ella. Se percató que la nave no había sufrido ninguna clase de avería ni tampoco la carga, después comprobó dónde estaba.

-El sistema solar -expresó con alivio.

Encendió los motores de impulso y empezó a realizar las maniobras de aproximación a la Tierra o al espacio puerto que mejor la convenía. Todo era cuestión de elegir sobre la marcha. Poco después se dio cuenta que ya nada estaba en su sitio, salvo los planetas y el sol. Tuvo que abrir la radio y contactar con quién quiera que le escuchase, necesitaba ayuda. Cuándo por fin logro contactar con alguien, otro tipo de nave desconocida para ella, el otro piloto creyó que se trataba de una broma. Tuvo que acercarse y verlo con sus propios ojos para comprobar que era cierto lo que escuchaba. El revuelo que se organizó fue enorme.

Naturalmente nadie esperaba su llegada, el sistema de llegada de naves del espacio puerto de la Tierra tuvo que hacer grandes modificaciones para poder permitir que aterrizase. Debido al robo que realizó tuvieron que modificar muchas ordenes de vuelo para evitar que otros pilotos tuviesen la tentación de realizar la misma maniobra. Su nave había sido dada por desaparecida y a ella por muerta. Cuándo logró aterrizar la nave con grandes dificultades y salir de ella, fue recibida con gran estupefacción por los técnicos y trabajadores del lugar, no creían lo que veían. La historia del robo y la fuga ya pertenecían a los anales de la carrera espacial. Fue recibida como una heroína por todos menos por las autoridades que no tardaron en detenerla. Fue puesta a disposición de la justicia y poco después encarcelada. La carga se la confiscaron, había muchas preguntas que realizar tanto por la autoridades como por ella.

Lo primero que hizo fue enterarse del año en el que estaba. La verdad es que quedó bastante sorprendida.

-Han pasado cuarenta y tres años -dijo con un susurro en la voz cuándo se enteró en que año estaba.

Después quiso saber de sus antiguos compañeros y amigos. Nadie quedaba con vida excepto Alex. Quiso contactar con él, pero debido a su avanzada edad no fue posible recibir ningún mensaje de él. Las autoridades le hicieron las pertinentes preguntas que se hacen en estos casos:

-¿Qué quería hacer con la carga? -empezaron a preguntar secamente.
-Venderla para ganar dinero -espetó a los interrogadores.
-¿Quiénes eran sus cómplices?
-Todos están muertos -respondió.
-¿A dónde pensaba fugarse?
-A ningún lugar del espacio, quería volver a casa -respondió aburrida.
-¿Cuándo empezó a urdir el plan?
 -Usted no había nacido cuándo empecé a pensarlo -replicó socarrona.

Poco a poco, día a día, se fue actualizando con todo lo que la rodeaba mientras permanecía en prisión. Se percató que su robo y huida pasó a ser una leyenda en los anales de la historia de la carrera espacial. Se hicieron películas y vio alguna de ellas, pero ninguna se acercaba ni a lo más mínimo a la realidad de lo que ocurrió. Se especuló mucho sobre el posible destino de la nave y su contenido. Unos, los más, decían que había quedado totalmente destruida. Otros, los menos, especulaban sobre viajes al pasado o al futuro; puertas de acceso a otros universos; o sobre agujeros de gusano todavía no descubiertos llevándola a los confines de nuestro universo. Los primeros años hubo mucha discusión sobre el asunto, pero como todo fue apagándose con el paso del tiempo hasta desparecer y pasar a ser una anécdota más. La verdad es que Tony se divertía mucho con estas historietas, nunca llegó a pensar que su robo desatase estas habladurías. Se encontraba satisfecha de lo hecho, tiempo después llegó el juicio.

El juicio le resultó extraño ya que no había jueces humanos sino máquinas computadoras que ejercían las leyes sobre las personas, sus abogados defensores eran humanos así como los acusadores. Aquello le resultó algo frío y distante. Todo se hizo a puerta cerrada en una habitación de paredes blancas mate con unas mesas para la acusación y otras para la defensa, por jueces había una pantalla con la imagen de un ser humano ni mujer ni varón más bien andrógino o éso la parecía.

La defensa pedía la total absolución de la acusada y la devolución de toda la carga y la nave ya que el delito había prescrito según las leyes vigentes. Habían pasado cuarenta y cuatro años desde que ocurrió el delito y la prescripción en esos momentos era de cuarenta.

-Por poco -pensó para sí Tony al oír el razonamiento de su abogado.

Por supuesto, la fiscalía no estaba en absoluto de acuerdo con la defensa y pedía la pertinente condena por robo de carga y nave, entre otros delitos, ya que para la acusada apenas habían pasado dos años desde que cometió el crimen.
-La prescripción del delito viene dada por el transcurso del tiempo natural de los años de vida de un ser humano en la Tierra, no por el transcurso del tiempo de los años en otro lugar del espacio incluido el tiempo transcurrido en un agujero negro -argumentó el abogado defensor.
-Pero para la acusada apenas han transcurrido dos años de vida desde la realización del delito aunque en la Tierra hallan transcurrido más de cuarenta -respondió el fiscal.
-Entonces cambien las leyes, ya que las leyes solo hablan de los años naturales transcurridos
desde que se cometen los delitos, no de la edad biológica de los seres humanos -concluyó el defensor.

Finalmente, y después de mucha polémica y controversia respecto a este hecho, fue absuelta de los distintos delitos de los que la acusaban ya que los computadores-jueces fallaron que el delito había prescrito porque lo que se debe de computar es el tiempo natural que transcurre desde que se comete el delito hasta que la persona es detenida, no la edad aparente de la acusada. Tony se encontraba feliz y aliviada. Estos hechos llevaron a cambiar numerosas leyes levantando una crisis en el sistema legal ya que empezaron a proliferar diferentes teorías para poder saltarse la ley.

Meses después, y una vez vendida la carga y la nave por una suma mayor de lo que ella pensaba, Tony se estiraba desnuda tumbada en una playa de arenas blancas de la Tierra. Era la persona más rica del mundo.

-¡Oye Alex! ¿Te acuerdas de ese tipo que quiso pegarte aquella vez? -preguntó Tony a un anciano y alelado Alex sentado en una silla de ruedas flotante al lado de ella. Tenía cierto cargo de conciencia con él y había decidido cuidarlo hasta que muriese.
-¿Una copita de las que a ti te gustan? -preguntó socarrona dejándole una copita en el brazo de la silla. Alex con la mirada perdida del que tiene el cerebro enfermo no respondió.

Publicado el 20 de enero del 2020.

Revisado el 24 de febrero del 2021.

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