Mi falta de perspectiva.

Es lo que tiene ir cumpliendo años y estar la mayor parte del tiempo en casa. Te dedicas a reflexionar sobre lo que ocurre y lo que me ha ocurrido los últimos años. Ahora observo lo que sucede a los trabajadores de hoy con los EREs (Expediente de Regulación de Empleo), ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) creados para la pandemia, y lo que aquí llamamos concurso de acreedores, declararse en bancarrota al otro lado del charco. Pues bien, todos tienen unas dificultades enormes para acceder a esta clase de ayudas que no tienen nada que ver con el desempleo, en otros casos si la empresa o empresario se declara en concurso de acreedores no verán un solo euro de indemnización, de esto conozco varios casos. Algunos que se quedan desempleados quieren acceder al SEPE, Servicio Público de Empleo Estatal, y no tienen manera. La página está bloqueada o no cogen las llamadas en el número asignado, y llevan así camino de tres meses. No pueden acceder a ayudas, a darse de alta en la bolsa de trabajo y demás. En otros casos aunque les han concedido las ayudas el dinero no llega por motivos que se desconocen, la situación es dramática en algunas familias.

Las hojas caen.

Lo comento por lo que me ocurrió en el 2008, la empresa de un día para otro me puso en la calle por la crisis económica tan acuciante que había. Fue un despido improcedente, cobré hasta el último céntimo de indemnización más el desempleo que tuve. No me pasó lo descrito anteriormente como ocurre ahora con otros trabajadores, no había esas regulaciones laborales por aquel entonces. La reacción que tuve fue muy negativa, quedé destrozado y devastado. Eso y otras circunstancias me llevaron a una depresión que me llevó unos años de tratamiento. Ahora me doy cuenta del privilegio que tuve al cobrar aquello y lo mal que gestioné todo ese asunto, por mi mala cabeza el dinero se me fue por donde no debía. Supongo que la perspectiva de ver lo que pasa ahora es lo que me hace ver de otra manera lo que me ocurrió y mi errada reacción.

Otro de los asuntos que he aprendido con el tiempo es a no ponerme unas metas demasiado elevadas. Es decir, nada de cientos de miles de seguidores o publicar literatura como loco. Cuándo encuentre alguien dispuesto a publicarme en papel esto que escribo lo celebraré como una gran victoria con independencia del resultado. Si tan solo una sola persona me pide un autógrafo por la calle o alguien me reconoce por por mi trabajo será lo máximo que habré hecho, felicidad plena. Si consigo trabajo en astronomía será suficiente, con llegar me valdrá. Lo que venga por añadidura será siempre bienvenido.

Hace poco estuve chateando con una amiga que me conoce desde mis inicios, allá cuando solo hacia posts en google +, me comenta lo profundamente que he cambiado en muchos aspectos. No lo niego. Las crisis es para lo que sirven, y esta pandemia también sirve para evolucionar y avanzar siempre a mejor, no para quedarse en la situación en la que estaba aunque parece ser que todo el mundo sigue enganchado a un viejo mundo que ya no existe. Siempre he pensado que en muchos aspectos en mi vida he sido un auténtico privilegiado, el problema ha sido que nunca he conseguido verlo y disfrutar de mi situación. Está claro que todo esto es falta de perspectiva o experiencia vital que precisamente te da la vida. Vivir es la clave de todo.

Seguiremos en contacto, hasta la siguiente entrada. Un saludo a todos y gracias por llegar.

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