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Cabecera simple dónde las halla, el símbolo del copyright o derechos de autor es lo que ya cae sobre este blog. Han sido aproximadamente mil ciento cincuenta páginas, página arriba o abajo, recopiladas con paciencia; corregidas en ortografía y gramática; imprimidas; encuadernadas y llevadas al Registro de la Propiedad Intelectual. Son todo el trabajo que he realizado en este blog desde que me inicié hace cinco años y medio, y si pretendo publicar tendré que tenerlas en el registro correspondiente, por lo menos así se hace en España. No te registras como autor, registras tu obra dándote el reconocimiento de autor que aunque todo esto es similar en Europa en el mundo anglosajón se funciona de otra manera. Lo de publicar en papel lo veremos más adelante.


El símbolo del copyright o derecho de autor.

Tenía dos opciones, pero en el fondo muy similares. Lo que siempre se registra es el contenido en cualquiera de esas dos opciones, ensayos, poemas y demás, pero no se registra el continente, es decir, el blog en sí, porque se considera un contenedor como si fuese un libro. Así que opté por sacar el contenido y encuadernarlo en cuatro partes, poemas, relatos, ensayos y una novela que está compartida en el blog. Los primeros dos libros fueron el de relatos y poemas de algo más de ciento cincuenta páginas cada uno. Prácticamente no tuve que tocar nada, los poemas tal cuál fueron escritos, tal cuál fueron copiados. Los relatos tuve que tocarlos un poco aunque no demasiado, simplemente pretendí mantener el espíritu y mi evolución como escritor para que el avezado lector pueda comparar.

Después y con mucha paciencia y cansancio fui acumulando en el procesador de texto todos los ensayos que me quedaban, reflexiones y personal, y la novela a parte. La novela fueron también unas doscientas páginas, que no son pocas. No tuve que corregir demasiado porque es bastante reciente y el estilo ya estaba bien definido y depurado, pero la mayor parte del trabajo me lo llevó los ensayos. Tuve que hacer dos volúmenes de un total entre los dos de casi quinientas páginas. Esto me llevó mucho más tiempo hacerlo, sobre todo los primeros ensayos ya que el estilo no era el que tengo ahora. La lectura en una pantalla de PC parece que no pero cansa mucho más que un libro. El cerebro tiene que analizar muchas cosa que aparece en la pantalla y cansa mucho más. Así que pensar lo que es leer y corregir casi quinientas páginas, menudo dolor de cabeza. La ventaja fue que a medida que iba corrigiendo entradas y avanzando en el tiempo el trabajo era menor porque el estilo era mejor y más definido. Prácticamente las últimas fueron copiar y no corregir.

Tengo otro libro de ciento sesenta páginas con unas entradas también en texto que he titulado como “La Historia de la Astronomía” a la que he añadido “Astrónomas famosas”, que fue otra entrada hecha a parte. Fueron las entradas que escribí sobre el desarrollo de la astronomía de la humanidad. Total que he concluido todo con unas mil ciento cincuenta páginas. Ahora que me doy cuenta, son cinco libros, lo que pasa que este último no creo que lo lleve a registrar, si lo imprimiré y encuadernaré para quedármelo como libro de referencia, o eso creo.

En España los llamados derechos de autor, copyright, lo que hacen es reconocerte como el autor de la obra aunque la ley dice que primero el autor de la obra es el autor natural de la obra, vamos, la persona que la ha hecho, pero para evitar malas interpretaciones es mejor registrarla. Lo cuál te lleva a reconocer tus derechos morales como paternidad e integridad entre otros; y los derechos patrimoniales: reproducción, distribución, comunicación pública, transformación, colecciones, compensación, participación y demás. Para más información buscar un abogado. Esos derechos son para toda la vida y no se pueden vender como ocurre en el mundo anglosajón, de hecho los derechos de autor de las canciones de los Beatles los tenia el difunto Michael Jackson, por poner un ejemplo. Ahora no sé quién las tendrá. En España se cubre mucho los derechos de autor, mientras que en otras partes son más los derechos de distribución. Aquí tus obras te las quedas hasta que te mueres, así qué lo que puedes tener son unos hijos tontos que no te dan de comer aunque tampoco te quitan.

Supongo que el último párrafo un buen abogado lo podrá cincelar mucho mejor, sigo. Ahora el trabajo me lo dispondré de otra manera, iré entrada a entrada haciéndolo todo para que cuando vuelva a acumular material no me ocupe tanto tiempo. Este trabajo está completado y tengo ya mucho tiempo para dedicarme a otras cosas, así que ya me veréis con poemas y algún que otro relato, al tiempo. La verdad, me he quitado un peso de encima. Ha sido como una especie de reseteo y vuelta a empezar, o a continuar. 

Nos seguimos viendo por aquí, un saludo a todos y gracias por leerme.

Bilbao, 5 de mayo del 2021.

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