Somos humanos.

Adán y Eva.

Humanos.

Somos humanos
animales erguidos,
seres imperfectos
cómo este poema.

Pensamos,
creamos,
razonamos,
solo algunos.

Hombre y mujer
más bien parecidos
a veces iguales
y complementarios.

Curiosos,
creativos,
imaginativos,
de vez en cuando.

Capaces de lo grandioso
y de lo pésimo,
de grandes gestas
y grandes calamidades.

Carne y hueso,
vísceras y neuronas,
piel y músculo,
sangre y semen.

Animales gregarios
de distintos idiomas,
distintas políticas
diferentes credos.

Cincelamos estatuas,
pintamos cuadros,
creamos música,
levantamos estructuras.

Contradictorios,
incapaces,
diferentes,
dispares.

El color de la piel
nos separa,
pero el ADN
nos une.

Sanguinarios,
crueles,
vengativos,
infieles

Creamos la guerra,
la venganza,
el odio,
el rencor.

Pero también la paz,
el perdón,
el amor,
el afecto.

Amigos y enemigos,
familiares y paisanos,
amantes y odiados,
conocidos y desconocidos.

Todos humanos
aunque no lo creamos
ni lo pesemos
y veamos.

Sentimos,
padecemos,
vivimos,
morimos.

Somos humanos
seres incoherentes
animales mamíferos,
a veces se nos olvida.

Fanáticos,
radicales,
intolerantes,
viscerales.

Somos humanos
animales conscientes
de nuestra existencia
y de nuestro lugar.

Soñamos,
ideamos,
proyectamos,
construimos.

Somos humanos
los únicos seres
que tienen alma
en el interior.

Somos humanos,
somos personas,
somos seres,
somos semejantes.

Bilbao, 29 de marzo del 2.019.

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