Eramos felices y no lo sabíamos

Así es, esa es la conclusión a la que muchos llegamos una vez pasado el tiempo sobre todo los de mi generación. Antes de estos tiempos oscuros y tenebrosos de crisis económicas, pandemias, inseguridad, perdida de derechos y demás, eramos felices. No lo sabíamos, porque no teníamos las herramientas o la experiencia para poder valorarlo. Pensábamos que todo iba a ser eterno, que esa época de bonanza desde la década de los ochenta del siglo pasado hasta el dos mil siete, cata-crac económico, iba a perdurar por siempre. Todo esto nos llevo a un comportamiento bastante soberbio y prepotente, de aquellos polvos vienen estos lodos. Además toda la estructura socioeconómico estaba montada sobre esos pilares que hoy ya no existen, desconozco como vamos a encarar el futuro más próximo. La verdad, no lo veo nada claro.

Para leer un cafecito con su crema.

En un plano particular mi vida a cambiado totalmente. Antes, hace ya muchos años trabajaba para el jefe de la empresa que me contrataba, por cuenta ajena como decimos por estos lares, manejándome con no muchos clientes cada uno de su padre y de su madre y con un trabajo perfectamente predecible. Ahora no tengo jefe, el jefe soy yo con todas las ventajas e inconvenientes que existan. Me explico, antes el trabajo me lo daban hecho, no lo tenía que pensar, ahora lo preparo y lo masco yo. Soy jefe y empleado al mismo tiempo, lo que aquí llamamos un autónomo, y sin garantías de nada, es decir, no sé si va a gustar o no, y así un día tras otro. Mis clientes son toda esa miríada de seguidores cada uno de distintos países y culturas; cada uno entendiendo la vida a su manera teniendo que intentar por lo menos llegar a todos. Mi trabajo ya no es tan  predecible, puedo escribir esta entrada y publicarla como puedo hacer otra cosa y no publicar. Cuando me levanto a las mañanas no sé qué es lo que me voy a encontrar y además planificar no me sirve de demasiado, dependiendo de ciertos factores que yo no controlo hago una cosa u otra. Además el tema monetario no lo tengo asegurado, todo depende de otros factores, esto ya no tiene un sueldo fijo.

Cuando me inicié en esto todo era escrito, con G+ como red social de cabecera todo era más fácil. La caída de G+ me empezó a añadir dificultades a la hora de publicar contenido, no os recomiendo para nada Facebook; años después el contenido audiovisual lo domina casi todo, Instagram, YouTube, TikTok que debe de ser el Twitter de estas plataformas, y cada vez más al alza Twitch. Notas que todo se desplaza en estos momentos hacia plataformas audiovisuales para las que no he estudiado ni me he preparado. Me doy cuenta que mi vida no hace tantos años era bastante más fácil que la de ahora, y no sabéis lo que protestaba y me rallaba yo solo la cabeza por aquél entonces. Ahora todo se me complica cada vez más, y encima hay que adaptarse a marchas forzadas sin tener garantías de nada, antes pensábamos que teníamos garantías, ¡ilusos!

También por aquel entonces las relaciones personales eran más fluida, más sanas. Ahora todo es más tóxico, más venenoso, supongo que esta situación de inseguridad e indefinición afecta a todo y a todos. Como siempre la falta de perspectiva y experiencia es de la que pecamos, en el pecado se lleva la penitencia como diría un creyente. Hay veces que pienso que estos momentos de crisis debería de haberlos sufrido antes, probablemente mi futuro habría sido más espléndido de lo que es ahora. De épocas de crisis personales salen grandes soluciones personales, yo no soy el mismo que era cuando empecé a escribir en este blog hará ya seis años. Valoro la vida y los momentos de otra manera, no es que ahora sea un infeliz, lo que ocurre es que antes las situaciones eran más simples y fáciles, las soluciones las encontrábamos con mucha facilidad. Podíamos hacer proyectos a largo plazo, ahora no pasa de unos meses si es que se puede.

El carácter se forja ante la adversidad y vivimos épocas adversas. Cuando salgamos de la pandemia todo esto no habrá acabado, será el inicio de algo nuevo y diferente. Desconozco de lo que se pueda tratar, pero deberemos de estar en la brecha como estamos ahora, cada uno en su sitio haciendo su labor y apretando los dientes como estamos ahora. No perdamos la esperanza en el futuro, nosotros somos el futuro.

Esta entrada me la han inspirado ciertos comentarios y conversaciones personales que me he tenido en redes sociales y blog, todo el mundo tiene su influencia sobre todo el mundo y yo no soy una excepción.

Saludos a todos y gracias por llegar y comentar. Hasta la siguiente.

Lo más visto del mes